Rejuvenecimiento Facial

Toxina Botulínica (Botox)

La aplicación de toxina botulínica es una práctica muy segura y sencilla de realizar. El objetivo es atenuar las arrugas de expresión manteniendo la naturalidad del rostro y prevenir la formación de nuevas arrugas.

El Botox® está indicado para aquellos pacientes que comienzan a tener arrugas de expresión o ya las tienen instaladas y apunta a evitar que se acentúen. Estudios científicos han probado que el uso de la toxina botulínica es altamente favorable para disminuir temporariamente la función de estos músculos que generan arrugas. Este tratamiento es beneficioso para hombres y mujeres que quieran tener una apariencia joven, lucir un rostro descansado y fresco. Es ideal realizarlo cuando empiezan a aparecer las primeras arrugas.

Para ello, la Dra. Maceira antes y durante la realización del tratamiento hace una cuidadosa evaluación de los gestos y de la armonía facial. El procedimiento, en manos entrenadas, es sencillo, indoloro, no requiere anestesia y dura aproximadamente 30 minutos y luego la paciente puede retomar inmediatamente sus actividades. Los cambios comienzan a notarse aproximadamente en 48 hs. Botox® es una marca registrada de la compañía Allergan.

La FDA aprobó el uso de la toxina botulínica para el tratamiento cosmético de arrugas faciales.

Preguntas Frecuentes

Lo que buscamos con el botox es suavizar los gestos propios de cada paciente, sin paralizar totalmente los músculos faciales, manteniendo la expresividad que caracteriza a cada persona. El objetivo es relajar aquellas áreas donde los músculos son más hiperactivos y producen consecuentemente arrugas en la piel, sin quitarles su función.

Esto garantiza que no habrá pacientes con “cara de botox” ni con gestos similares, logrando gestos adecuadamente suavizados para evitar arrugas excesivas y conservar la belleza natural del rostro.

Una inquietud muy frecuente es cómo van a quedar después de que finalice el efecto de la toxina, aun si decide no volver a aplicarse. ¿Voy a empeorar? Después de los 3 a 6 meses, que es el tiempo promedio de acción de la toxina, los músculos que generan las arrugas estuvieron relajados por efecto de la misma y quedan con menos hiperactividad, prolongando por un tiempo los gestos suavizados sin arrugas excesivas por más que haya finalizado el efecto químico de la toxina.

Se destaca que no ha sido descrito en la literatura científica ningún caso de alergia severa a la toxina botulínica usada con fines estéticos. Es razonable pensar que como toda sustancia ajena a nuestro organismo puede desencadenar una respuesta inmune, pero esta suele ser en forma de anticuerpos que pueden restar efectividad al tratamiento sin constituir una amenaza a la salud. No obstante, lo importante para evitar la generación de anticuerpos es respetar los intervalos de aplicación.

Respecto a si hay que ponerse cada vez más para que siga haciendo efecto, en realidad sucede todo lo contrario, el efecto no sólo se mantiene con los tratamientos repetidos sino que pueden incluso espaciarse las aplicaciones en el tiempo a medida que el paciente va mejorando sus arrugas.

Toxina Botulínica
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